martes, 14 de abril de 2009

De vuelta a Temuco .PachacaY! a seguir el aprendisaje!



-------------------------------------------------------Reporte en Viaje


En la esquina de la mas grande llanura broté,
viento fresco me sacudía,
miraba alrededor, en ciertos momentos de reojos,
sonidos y movimientos inesperados me hacían caer en el detalle de una espiga en flor.

Al paso firme,
delante de mi emergían otros,
lo sabia por la espesura y lo impresionante del color al amanecer,
en otras ocasiones la fragilidad del aroma en plena tempestad,
lo que mas me impresionaba era la fortaleza,
cientos de zumbidos hacían eco en el ambiente,
la ventolera grisácea, fría y algo rígida sorprendía apasionando mis sentidos.
Lentamente la humedad se apodero de mi flor, tallo y corazón,
forzando la presión de la savia en mi interior.

Toda apariencia era una creencia,
de brote a adulto,
era lo que quería,
era por lo mismo,
intrínsicamente no lo deseaba,
era mi idea y no la de los demás,
le di valor a lo que yo deseaba sin importar el juego ancestral,
en pos de la conciencia social,
yo me enorgullecí soberbiamente,
ellos me lo traspasaron.

Sin darme cuenta los largos días de sequía, las grietas me conquistaron,
saque mis raíces a tomar el sol para la despedida,
en el momento menos soñado cientos de elementos se acercaron a mi,
no los supe reconocer,
en somnolencia caí,
al despertar yo era otro yo.

Me levante bípedo,
reconocí mis ramas pasadas,
las acaricie, moldee, afile, talle, pinte, adorne.
Tome el báculo con mis dos manos,
lo usé en la primera depresión demográfica que dejó el que me adelantaba,
no se si en edad, creo que me habría de haber sobrepasado,
no era relevante,
lo importante es que la ayuda incondicional estaba ahí,
yo que siempre espero algo a cambio, hasta del amor,
lo aprendí en flor, de pétalo y raigón,
cuando incesante la lluvia me remecía con violencia y con ella me alimentaba,
añoranza me produce,
es por eso que mis labios se resecan.

La tierra se humedeció,
el aire sobrepaso la relatividad,
hoy por hoy ciertas palabras me recuerdan a ti,
fue justo cuento llegue a la cima,
levante mi brazo,
ocupe mi mano de visera,
gotas de lluvia se filtraban entre mis dedos.
Habían dos capas de nubes en el horizonte,
el agua rápidamente se absorbía,
la bajada era dueña de mi, su velocidad, el tropiezo y asombro,
arbustos, árboles, grietas, rocas, piedras y piedrecillas, charcos, lodo y muscínea,
cada una se hacia parte de una sensación y reacción,
muy contraria, antónima y antípoda,
vi en ello el final de una competencia entre risas y sollozos,
me contagiaba la adrenalina pero perdía la amplitud de tener la visión del espacio en perspectiva, en grandilocuencia,
siempre caigo e inevitablemente me comparo con la belleza natural que observo en la cumbre. Resultó ser que absorbí de su caos en orden demencial y pasional,
¡si mis ojos fueran telescópicos y sobrepasaran la copa de los árboles mas altos!.

Ya en la ensenada corría,
el esfuerzo se canalizo en amortiguar el vuelo que había tomado en la bajada,
me sirvió para dar brincos entre el follaje y rebotar,
comprender que no necesitaba de rabia para agitarme.
Cada zancada era mas estrepitosa,
sentía que iba a desequilibrar y caer.
¡Tenue percibía tu aroma!,
el nerviosismo se transformó en alegría,
te mire con los ojos pegados y legañosos,
¡se que sonreí!,
tus labios estaban cerezozos,
las mejillas enmandarinadas,
los parpados castañosos y la fábula interminable en su aura de mujer.
¡Temiblemente enamorado de ella!,
el miedo a perderla me provocaba desazón,
no comprendía porque regalaba miradas a lo desconocido.

¡Hace unos minutos que deje algo pendiente!,

El bosque se retiraba,
daba pasos,
humaredas sedientas,
el juez me dijo que me seria difícil entender que yo me hago cargo de mi realidad y el mundo febril de mis conjeturas.
Un paso mas y caigo en una olla de brujería,
un caldo conjurador hirviendo,
burbujeaba la candidez,
di cuenta que el celo me provoca acidez.

Tire a rodar la perinola,
giro tras giro y giro, ¡salto!,
remolino y caigo encandilado,
con frustración rasguño las paredes de aquel geiser,
me levanto cansado y en lentitud busco,
¡alzo mis palmas al sol!,
acto reflejo vuelvo a buscar,
¡sólo ellas!,
el futuro tratando de mantener la lucidez.

El autor de mis actos,
es un ser de carácter único,
asombra con la mirada en los hechos,
escapa eso si de las manos de la ternura y la manipulación.

Continuo mi pasar,
cruzo el manantial, la quebrada, el desierto reseca,
la pampa soñadora ventolea con fuerza,
destreza en el ingenio,
presión en la galantería,
¡rió!,
el siguiente pasó,
la eventual disgregación de los amotinados,
que regurgitan frente a la reina.
¡Callo!,
es hora de la danza.


.Marea!


.Divina Estadía!

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